Al hablar sobre tecnología en el área de la Agroindustria, lo que primero que aflora es la productividad. Su aplicación es fundamental para aumentar las cosechas, reducir sus tiempos y mucho más. Sin embargo, no es lo único que se ve beneficiado con la transformación digital, la digitalización y la innovación. Este tridente de oportunidades ha abierto el paso a nuevas formas de trabajo y el desarrollo de nuevos conocimientos; maneras de comunicarse y conectarse.
De ser un cambio paulatino y gradual hacia el futuro, este se aceleró con la crisis multidimensional de la pandemia provocada por el Covid-19, y la digitalización irrumpió en nuestras vidas en 360°. Paralelamente, las nuevas generaciones impulsadas por las y los nativos digitales, desdibujaron los paradigmas existentes, exigiéndole a las empresas una mayor inmediatez, cercanía y sostenibilidad. Cambios alineados con su propia forma de ser: creativos, innovadores, críticos y conscientes con el medioambiente. Actitudes que han modificado, incluso, áreas tan impensadas como la Agroindustria, que, hoy, se encamina hacia innovación tecnológica no solo pensando en su crecimiento, sino también, en el planeta, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
Respecto a esta última, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomienda que los países produzcan el 75 por ciento de los alimentos que consume su población. Para alcanzar esta cifra, las naciones requieren la implementación de las nuevas tecnologías. En la agroindustria se ha acuñado el término “AgTech” para agrupar algunos de los desarrollos emergentes del sector. Entre ellos, sensores, big data y software de gestión que permiten el monitoreo de variables agrícolas y el procesamiento de grandes volúmenes de información que, luego, permitan a las y los agricultores tomar decisiones pertinentes en cuanto a la gestión de sus cultivos. Los tractores autónomos son otra de las tecnologías que ha aparecido para revolucionar los campos, al igual que la robótica, los drones de fumigación y un largo etcétera.
Paralelamente, las granjas verticales para las “Smart City” del futuro, son otras de las principales innovaciones que ha presentado la agroindustria. Una idea basada en la premisa de la transformación, donde los espacios urbanos se convierten en huertas de alta productividad. Pero la innovación tecnológica también requiere de innovación institucional. Y si bien la industria se ha visto favorecida por la tecnología, aún queda mucho que hacer en pos de la digitalización, partiendo por la creación de espacios de interacción e incubación de proyectos u otros que generen soluciones constantes para los desafíos de la actualidad.