Con la llegada de agosto, se instaura un período del año en el que los chilenos suelen prepararse para enfrentar los rigores del invierno, que suele intensificarse en esta época. Sin embargo, en un giro inusual, los primeros días de este mes nos han sorprendido con una «ola de calor» en la zona central del país, donde las temperaturas superaron los 20 °C en la tarde.
Por otro lado, en el extremo sur, específicamente en Magallanes, la nieve ha hecho su presencia, mostrando la diversidad climática que caracteriza a Chile. Es común escuchar en estos días la conocida frase «Hay que pasar agosto», que para muchos puede resultar enigmática en su significado.
Su origen es algo difuso y podría remontarse a épocas coloniales o incluso a las tradiciones de los pueblos originarios. Según el periodista especializado en meteorología de Meganoticias, Alejandro Sepúlveda, este significado guarda relación con las dificultades de los inviernos pasados, caracterizados por el frío, la humedad y las lluvias.
Esta sentencia revela una época en la que las condiciones climáticas podían desencadenar complicaciones graves, especialmente para los más vulnerables, como los ancianos y los niños, quienes podrían sucumbir ante un simple resfriado. La fragilidad de la salud en ese entonces hace que «hay que pasar agosto» sea más que una simple frase, sino un reflejo de los desafíos que afrontaban las comunidades en un pasado no tan lejano.
Históricamente, julio se ha destacado como el mes más frío y lluvioso en Chile. Sin embargo, agosto no se queda atrás en cuanto a singularidades climáticas. Los cambios bruscos en las condiciones del tiempo que se experimentaban en este mes, pasando de lluvias torrenciales a un sol radiante y temperaturas primaverales en un solo día, añadían complejidad a la situación. Un refrán menos conocido pero igualmente ilustrativo reza: «Julio los prepara y agosto se los lleva», haciendo alusión a cómo el mes siguiente podía llevarse consigo los esfuerzos de julio por aclimatarse.