El Ingreso Mínimo Garantizado es un apoyo financiero esencial para los trabajadores dependientes en Chile y está diseñado para incrementar sus ingresos y brindarles el apoyo financiero que necesitan. Sin embargo, para algunos, mantener esta ventaja en el futuro cercano puede resultar incierto.
Este año, el ingreso mínimo garantizado es de $78,955, lo cual es crucial para aquellos cuyos ingresos mensuales no superan los $500,000. Los pagos del bono se realizan varios días durante el año, y el tercer pago está programado para el 27 de marzo.
Para recibir este bono, los empleados deben cumplir ciertos requisitos estrictos. Estos incluyen un empleado dependiente, un contrato bajo la legislación laboral, un salario mensual bruto inferior a 500.000 dólares y una jornada laboral regular de 30 a 45 horas semanales. Además, es fundamental pertenecer al 90 por ciento de la población más vulnerable según el Registro Social de Hogares.
Sin embargo, el panorama se vuelve más complicado de cara al futuro, especialmente en 2024. La pérdida de un ingreso mínimo garantizado puede afectar a quienes experimentan cambios salariales significativos, como un aumento salarial que los lleve por encima del umbral establecido. Además, un cambio de empleador del contribuyente o un cambio de jornada laboral de regular a irregular son factores que pueden llevar a la pérdida de este importante bono.
Además, es posible cancelar voluntariamente el soporte a través del portal web oficial mediante un código único. Esta opción puede resultar atractiva para algunos empleados que ya no creen que necesitan apoyo financiero o quieren explorar otras opciones. En resumen, el Ingreso Mínimo Garantizado es un recurso valioso para muchos trabajadores en Chile, pero aquellos que no califican o experimentan cambios en su situación laboral pueden perder este importante apoyo financiero en 2024.