La Democracia Cristiana (DC) atraviesa por una crisis interna que ha generado la salida de varias de sus figuras históricas. La tensión en la falange se ha profundizado en las últimas semanas después de que se dividieran en torno, entre otras problemáticas, a las opciones de Rechazo y Apruebo en el primer Plebiscito de Salida para el borrador de la nueva Constitución.
Así han salido del partido reconocidos militantes de la talla de René Cortázar, Ignacio y Matías Walker, Ximena Rincón, Claudio Orrego, entre otros.
Fue en este complejo escenario donde asumió Alberto Undurraga como nuevo presidente de la DC, en una decisión unánime de su Consejo Nacional. El diputado del distrito 8 de la Región Metropolitana tomó el puesto que dejó vacante en septiembre Felipe Delpín y su asunción se pudo concretar con la renuncia a la vicepresidencia de Yasna Provoste.
«Hemos atravesado y estamos atravesando por prolongadas turbulencias producto de una seria crisis con varias dimensiones: administrativas, políticas, pero por sobre todo de identidad, convivencia y falta de propuestas compartidas, lo que ha generado desafectos y muchos conflictos”, reconoció este sábado el timonel.
“Cuando nos comportamos con fraternidad, nuestros problemas no son mas grandes que el partido. La DC es un partido que ha sabido convivir con sus diferencias, el debate interno ha permitido tomar decisiones más sólidas y decantadas. Pero las opiniones no son almas distintas, se trata de un alma común… Tenemos tareas que cumplir, eso es la política, tenemos el corazón conmovido por todo lo que nos ha ocurrido, eso es el espíritu. No somos pura razón, tenemos sentimientos también y si estamos aquí es porque sabemos conmovernos», agregó.
Undurraga, en sus primeros días como líder del partido, apuntará a recomponer la convivencia y a poner a la DC en el centro de los debates de la ciudadanía, situación que, advierte, ha sido una de las razones del quiebre.
“Lo que nos mantiene de pie después de todo lo que nos ha tocado vivir es porque amamos a nuestro partidos y al humanismo cristiano. Estamos orgullosos de su historia, honramos nuestras grandes figuras, guardamos como un tesoro el recuerdo de los que partieron. Se los pido de corazón: soy creyente pero ahora no espero un milagro. A lo único que los convoco es que pongamos a la DC de pie con la mayor unidad posible”, cerró.