“Obviamente que te consideren para una cosa que puede hacer tanto bien para la calidad de vida de Latinoamérica y del Caribe es un honor. Pero no voy a decir nada, porque la gente que tiene que decidir esto debe sentirse libre”.
Esa era la opinión de Nicolás Eyzaguirre mientras el Gobierno lo tenía en carpeta como candidato a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El economista, ex ministro de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Hacienda y Educación, era uno de los aspirantes chilenos para competir en la votación del 20 de noviembre junto a Rodrigo Valdés y Andrés Velasco.
Este último contaba con el apoyo de potencias como Estados Unidos y Canadá; sin embargo, su distancia con la administración de Gabriel Boric y el apoyo al Rechazo en el Plebiscito de Salida hacía meditar a La Moneda para una eventual elección.
Así las cosas, y a prácticamente una semana de que terminara el plazo para presentar la candidatura, el ministro de Hacienda Mario Marcel oficializó a Eyzaguirre como la carta nacional a este importante cargo internacional que dura cinco años y puede ser reelecto en una ocasión.
Su cercanía con Carolina Tohá, ministra del Interior, y la defensa al Apruebo con algunas reformas lo posicionaba como un favorito del Gobierno para ser el representante nacional.
La promesa de Nicolás Eyzaguirre si preside el BID
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una de las fuentes de financiamiento a largo plazo para mejorar las condiciones sociales, económicas e institucionales de 48 países de Latinoamérica y el Caribe. Fue fundado en 1959 y su última presidencia la tuvo Estados Unidos con Mauricio Claver-Carone, un abogado que fue propuesto por Donald Trump.
El representante norteamericano, de origen cubano, fue destituido en septiembre por un escándalo que generó su relación oculta con una de sus funcionarias. Es por esa razón que ahora se busca un nuevo presidente.
“Haré todo mi empeño por representar bien a Chile y, si soy elegido, por hacer el uso más eficiente de los recursos y de la forma más ecuánime y distributiva posible entre los de la región que incluyen también a los países del Caribe. Creo que para Chile sería un reconocimiento a lo que ha sido una larga trayectoria de solvencia económica, que lo sitúa como un buen candidato para administrar recursos para la región en su conjunto que, con los tiempos difíciles que se vienen, van a ser muy necesarios”, dijo Eyzaguirre.
Los últimos contactos de Chile con el BID se registraron durante esta semana, cuando desde la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados y Diputadas emanó una carta pidiendo ayuda para confeccionar un plan que permita reducir los campamentos en el país.