Eran cerca de las 13:00 horas en un caluroso verano de 1972. La idea del viaje, que comenzó a las 11:00 hora, era tener una tarde recreativa-deportiva como antesala de la fiesta de fin de año que se aproximaba, sin embargo, las radioemisoras maulinas comenzaron a difundir la trágica noticia; “Accidente en el estero Chimbarongo”.
El fatal accidente, era protagonizado por una delegación de deportistas del Club Cerro Condell de Curicó, por lo que una jornada de fiesta y alegría, pasó a ser de tristeza e incertidumbre.
El hecho se produjo cuando el bus, con destino a Santa Cruz, se desbarrancó cayendo en las fangosas aguas del estero Chimbarongo, dejando 31 muertos que a medida que fueron pasando las horas, se fueron conociendo sus nombres.
Carros militares fueron los encargados de trasladar los cuerpos para los velorios en las Poblaciones Curicó y Carlos Condell, en tanto la Funeraria Galdames colaboró vendiendo las urnas a mitad de precio que la Municipalidad de Curicó financió.
La misa por su descanso se realizó en el Estadio La Granja, en un recinto repleto que reflejó la trascendencia del hecho y el dolor de toda una ciudad. (VER REPORTAJE COMPLETO)
El partido que nunca se jugó
Este domingo 19 de junio, un grupo de nietos de las personas fallecidas, amigos, familiares y sobrevivientes, viajarán a Santa Cruz para disputar el «partido que nunca se jugó», con el objetivo de rendir un homenaje luego de 50 años a quienes perdieron la vida en el trágico accidente ocurrido en el estero Chimbarongo.
El encuentro se realizará en el mismo lugar donde el 31 de diciembre el Club Cerro Condell debía enfrentar al equipo llamado «Los Parrilla», específicamente en la cancha Isla del Guindo (Santa Cruz).
«La familia Verdugo organizó el viaje. Cada familia llevará una flor, los nietos, los hijos, amigos, etc, ellos cumplirán el compromiso que sus seres queridos. Fue un hecho donde la ciudad estuvo de luto.De hecho, en vísperas de año nuevo no sonó la alarma para dar la bienvenida al año nuevo. No había nada que celebrar «, señaló Luis Figueroa, una de las personas que por azar de la vida no viajó en el bus que sufrió el accidente.
Además, el sábado se realizará una romería en el Cementerio Municipal de Curicó.